Aunque considerada por muchos la primera aparición mariana de la historia, en realidad no se trata de una “aparición” como las de Fátima, o Lourdes, pues cuando viene a Zaragoza todavía no ha sido glorificada. Todo acontece antes de su Asunción al Cielo. Cuando vino a Zaragoza vivía aún en Tierra Santa.
Por lo tanto podríamos decir que se trata de una “bilocación”, una “visita extraordinaria”. La bilocación es la presencia simultánea de una misma persona en dos lugares diferentes, fenómeno que se ha dado en la vida de numerosos santos (Martín de Porres, Padre Pío de Pietrelcina, Madre Esperanza…)
Aún no se habían cumplido diez años de la Resurrección del Señor, cuando el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo de Zebedeo, uno de los discípulos predilectos de Cristo, cruzando el Mar Mediterráneo desembarca en Hispania (actuales España y Portugal) para predicar el Evangelio.