Las niñas manifiestan haber visto a la Santísima Virgen 166 veces, desde el 27 de Junio hasta el 16 de Septiembre de 1877.
El 27 de Junio de 1877, la niña Justina Szafrinski de 13 años, venía de examinarse del catecismo con vistas a su Primera Comunión, cuando, junto a un árbol cercano a la iglesia del pueblo vio a La Virgen María.
Como desconfiaba de lo que había visto, al día siguiente volvió con su amiga, Bárbara Samulowska, de 12 años. Empezaron juntas a rezar el rosario y entonces recibieron de nuevo la visita de Nuestra Señora con quien mantuvieron el siguiente diálogo:
- Quién sóis?
- Soy la Inmaculada Concepción
- Y qué desea la Madre de Dios?
- Que recéis el Rosario todos los días.
Desde ese día las niñas vieron a la Virgen en numerosas ocasiones y de muy distintas maneras:
A veces sentada en un trono rodeada de Ángeles, o sobre una nube con el rostro radiante, o con una corona sobre la cabeza y el Niño Jesús en brazos.
Desde el primer momento, el párroco de la localidad, Agustín Weichsel, creyó en lo que las niñas decían y les apoyó.
Cuando las niñas le preguntaban a La Virgen sobre diversas cuestiones como por ejemplo cuándo iban a volver a abrir las iglesias o le pidieron por la curación de una persona enferma, Ella siempre respondía que tenían que rezar el rosario todos los días para que se cumplieran sus deseos.