Siglos de las apariciones

XVI y XVII

Imagen de Virgen de Velankanni, patrona de Velankanni en la India

Advocación

Virgen de la Salud o Virgen de Velankanni.

Lugar:

Velankanni, Distrito de Nagapattinam, estado de Tamil Nadu, India.

¿Sabías que existe un lugar en la India donde millones de peregrinos, incluso no cristianos, se postran ante la Virgen María con total devoción?

En Tamil Nadu, al sur del país, se venera a Nuestra Señora de Velankanni, también conocida como la Señora de la Salud, por los múltiples milagros atribuidos a su intercesión desde el siglo XVI.

Su historia, transmitida por tradición oral, ha convertido este rincón oriental en un verdadero santuario de fe, esperanza y sanación. En 2024, la Iglesia reconoció su profunda dimensión espiritual y los frutos de fe que allí se manifiestan

El origen de la fe mariana en India

Las manifestaciones de Nuestra Señora de Velankanni ocurrieron en un periodo marcado por la llegada de comerciantes y navegantes portugueses a la región de Tamil Nadu, quienes además de abrir rutas marítimas en la costa este, también introdujeron el cristianismo, a través de misioneros franciscanos y jesuitas.

La zona de Nagapattinam era un puerto estratégico del comercio en el golfo de Bengala, lo que facilitó el contacto entre culturas, lenguas y religiones. En este contexto de apertura y mestizaje cultural, surgen las primeras presencias marianas en la India que luego se popularizaron como la Lourdes del Oriente.

Videntes de la Virgen de Velankanni

Las visitas de la Virgen María en Velankanni no fueron registradas oficialmente, sino por tradición oral.  

La historia popular describe a los videntes como:

  • Un niño hindú vendedor de leche.
  • Un niño enfermo de nacimiento que vendía mantequilla.
  • Un grupo de mercantes procedentes de Portugal.

Relato de las apariciones de Nuestra Señora de Velankanni

Primera aparición: el niño de la leche

Envase con leche que el niño hindu, vidente de la Virgen de Velankanni, llevaba en el momento de la manifestación celestial mariana | María por El Mundo.En pleno siglo XVI, un niño hindú caminaba hacia la casa de un señor para venderle leche. Durante el trayecto, se detuvo junto a un estanque para descansar, y fue allí donde se le apareció una hermosa Señora con un Niño en brazos, que le pidió un poco de leche.

El pequeño accedió con humildad y la Virgen, sonriente, le agradeció el gesto. Al llegar a su destino, el niño contó lo sucedido y se disculpó por la leche que faltaba, pero, al abrir el cuenco, ambos vieron con asombro que estaba lleno hasta rebosar.

El señor, intrigado, pidió al niño que lo llevara al lugar de los hechos. Una vez allí, junto al estanque, la Virgen se manifestó nuevamente ante sus ojos, confirmando la historia. El hombre avisó a los sacerdotes y la noticia se propagó rápidamente por la aldea. El pueblo entero celebró con gozo lo que interpretaron como una aparición divina, y desde entonces, aquel lugar fue conocido como Matha Kalum, es decir, “Estanque de la Madre de Dios”.

Segunda aparición: la mantequilla y el encargo celestial

Olla de aluminio sobre una mesa llena de mantequilla. Solicitud de la Virgen de Velankanni a un niño hindú. | María por El Mundo.Años más tarde, también en el siglo XVI, la Virgen volvió a aparecer, esta vez en un lugar llamado Nadu Thittu o “Montaña Central”. La visión fue para un niño enfermo de nacimiento que vendía mantequilla en los alrededores de Velankanni. La Señora le pidió un poco de mantequilla, y luego le encargó una misión especial: debía buscar a un cristiano rico en Nagapattinam y pedirle que construyera una capilla en ese mismo lugar.

Al llegar a la ciudad, el niño se dio cuenta de que había sido sanado. El hombre al que debía encontrar, sorprendido, le confesó que la noche anterior había tenido un sueño en el que la Virgen le pedía levantar un templo. Juntos regresaron al lugar de los hechos, y una vez más, la Virgen se dejó ver por ambos. Allí edificaron una sencilla cabaña de techo de paja, que sería el primer santuario mariano de Velankanni, y pronto comenzaron a llegar peregrinos de todos los rincones.

Tercera aparición: el milagro del mar

Barco en plena tormenta, representando la embarcación de portugueses que atracaron en Velankanni luego de encomedarse a la Virgen de la Estrella de Mar.En el siglo XVII, un grupo de mercantes portugueses navegaba por el golfo de Bengala cuando una tormenta violenta amenazó con hundir su embarcación. En medio del peligro, se encomendaron a la Virgen María bajo la advocación de Estrella de Mar y le prometieron construir un santuario donde lograran tocar tierra. Contra todo pronóstico, la tormenta cesó y desembarcaron sanos y salvos en Velankanni, precisamente el 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Virgen.

Guiados por los lugareños, los marineros conocieron las anteriores manifestaciones y fueron llevados a una de las capillas del lugar. En gratitud, reemplazaron la humilde cabaña por una iglesia de piedra, que dedicaron a Nuestra Señora del 8 de septiembre. Con los años, el templo fue embellecido con ofrendas y exvotos de marineros agradecidos, convirtiéndose en uno de los lugares de peregrinación mariana más importantes de toda la India.

La Basílica de Nuestra Señora de Velankanni

Panorámica del Santuario de Nuestra Señora de la Salud, ubicado en Velankanni, Nagapattinam, India. Lugar de las apariciones marianas en la India.

Conocido como el Santuario de Nuestra Señora de la Salud, el templo fue creciendo con el tiempo. En 1771 se convirtió en iglesia parroquial. Finalmente, el 3 de noviembre de 1962, el papa Juan XXIII elevó el templo a la categoría de basílica.

Entre 1920 y 1933, el santuario fue ampliado para acoger a los miles de fieles que ya llegaban desde todos los rincones de la India.

Hoy, la Basílica de Nuestra Señora de Velankanni es el corazón de una intensa peregrinación mariana. Cada año la visitan 20 millones de peregrinos, muchos de ellos hindúes, que se postran ante la imagen de la Virgen con rasgos indios, vestida con sari y corona. Allí se respira un auténtico encuentro entre culturas, creencias y religiones.

Aprobación espiritual desde el Vaticano

Panorámica la ciudad el Vaticano, sede de la Iglesia Católica y responsables de las aprobaciones de los fenómenos sobrenaturales marianos.

El 8 de agosto de 2024, la Iglesia, a través de una carta oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, reconoció la profunda dimensión espiritual de la devoción a Nuestra Señora de Velankanni. En la misiva, firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández, se afirmó que la Virgen “ha seguido actuando en este lugar”, derramando gracias por su intercesión, especialmente sobre los enfermos, los pobres y quienes buscan consuelo en su presencia maternal.

Según las nuevas directrices del Vaticano, esta devoción mariana ha recibido el Nihil Obstat, lo que significa que, aunque no se confirma oficialmente el carácter sobrenatural de los hechos, se reconoce la obra del Espíritu Santo en los frutos espirituales generados en el santuario: curaciones, conversiones, paz interior y fe renovada.

Velankanni es hoy, para la Iglesia, un verdadero espacio de encuentro con el amor de Dios a través de María.

El tsunami de 2004: el milagro en el Santuario

Panorámica aérea de la Costa de Sumatra en Indonesia, epicentro del Tsunami que azotó parte de la India, incluyendo la zona de Velankanni en el año 2004.

El 26 de diciembre de 2004, un potente terremoto de magnitud 9.1 frente a las costas de Sumatra (Indonesia) provocó un tsunami devastador que afectó a más de 14 países, entre ellos India, Sri Lanka, Tailandia y Malasia. Las olas gigantescas se propagaron con furia a lo largo del océano Índico, cobrando la vida de más de 230.000 personas.

Uno de los lugares afectados fue la costa del estado de Tamil Nadu, donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Velankanni. En ese momento, unas 2.000 personas participaban en una misa dentro de la Basílica. Las aguas del mar, arrasaron con todo, destruyendo casas, escuelas y comercios, no lograron penetrar en el templo.

Las edificaciones cercanas quedaron en ruinas, pero la Basílica permaneció milagrosamente intacta. Muchos fieles lo vivieron como una intervención directa de la Señora de la Salud, quien protegió su casa y a todos los que en ella se refugiaban.

El santuario se convirtió en un lugar de salvación, un Arca de Noé en medio del desastre, y después, en un centro de ayuda para los damnificados de la región. Este es uno de los episodios más impactantes y recordados en la historia del santuario, y una prueba viva de la protección maternal de la Virgen María sobre sus hijos, principalmente en los momentos de mayor desesperación.

La historia de Nuestra Señora de Velankanni es un canto de esperanza para todos aquellos que buscan sanación, consuelo y fe. En un mundo que necesita encuentros entre culturas y religiones, Velankanni nos recuerda que María es madre de todos.

¿Cómo llegar al Santuario de Nuestra Señora de Velankanni?

El Santuario de Nuestra Señora de Velankanni aunque se trata de una zona remota, es posible llegar de forma sencilla combinando transporte aéreo y terrestre.

La manera más habitual de llegar es tomando un vuelo hacia el Aeropuerto Internacional de Chennai (MAA), uno de los principales del sur de la India. Desde allí, puedes optar por:

  • Un vuelo doméstico hasta el aeropuerto de Tiruchirappalli (TRZ), el más cercano al santuario (a unas 2 horas y 30 minutos por carretera).
  • O bien, viajar directamente por carretera desde Chennai hasta Velankanni (unas 7-8 horas de trayecto).

Además, es posible llegar en coche privado o taxi, desde Tiruchirappalli o Chennai. Muchos peregrinos optan por esta vía por su comodidad y flexibilidad.

Velankanni también cuenta con una pequeña estación conectada con Nagapattinam, una ciudad cercana. Hay trenes desde Chennai, Tiruchirappalli y otras ciudades del sur de la India. Desde Nagapattinam, puedes tomar un taxi o rickshaw hasta el santuario (unos 15 minutos de trayecto).

También existen líneas de autobuses regionales y turísticos que conectan Velankanni con ciudades como Chennai, Madurai y Tiruchirappalli. Es una opción económica, aunque más lenta y menos confortable que el coche privado o el tren.