El 21 de Agosto de 1879, la Virgen María, San José, el cordero pascual y San Juan Evangelista aparecieron envueltos en una luz brillante en la iglesia parroquial de Knock. Quince personas, entre 5 y 74 años de edad fueron testigos del hecho.
La aparición comenzó alrededor de las 08,00 p.m. La Virgen tenía un largo vestido blanco. Sus manos y ojos se elevaban hacia el cielo como si elevara una oración.
Sobre su cabeza tenía una brillante corona y en el lugar donde esta se ajustaba a la frente había una rosa. A la derecha de la Virgen estaba San José, con la cabeza inclinada y virada ligeramente hacia ella. Vestía una túnica blanca.
A la izquierda de la Virgen estaba San Juan Evangelista, vestido como un obispo, con un libro en su mano izquierda y con la mano derecha levantada como si estuviera predicando.
Junto a las figuras y un poco a la derecha, en el centro, había un altar grande y sencillo. Sobre el altar había un cordero mirando hacia el oeste y tras él se erguía una gran cruz. Los ángeles rodeaban al cordero durante toda la aparición.
Los quince videntes contemplaron la aparición durante dos horas mientras llovía y recitaban el Santo Rosario.
La Aparición tiene un profundo simbolismo del libro del Apocalipsis. El Cordero es Jesús. La Cruz es donde se ofrece el Cordero al Padre como sacrificio. El altar de la Misa es donde el sacrificio se hace presente.
Solo seis semanas después de la aparición, se estableció una comisión de investigación, creada por el arzobispo de Tuam, Mons. John MacHale. Los quince testigos fueron examinados y la comisión reportó que el testimonio de todos, todos juntos, era confiable y satisfactorio.
En 1936 se creó otra Comisión ante la cual comparecieron los tres videntes sobrevivientes: Mary O’Conell, Patrick Byrne y John Curry. Los tres confirmaron sus declaraciones originales de muchos años atrás.
Un millón de peregrinos acuden cada año al Santuario de Knock, entre ellos han estado San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta.