El 13 de Enero de 1866, a las dos de la mañana Magdalena estaba en la cama, con una extrema debilidad, sin poder apenas hablar.
Una vecina suya, Verónika Kindermann estaba al lado de su cama rezando por ella y se había quedado dormida.
De repente, a eso de las cuatro de la madrugada, se vio en la habitación una luz, más brillante que el día. Magdalena tomó de la mano a Verónica diciéndole que se levantara porque se había hecho claro.
Verónika vio sólo las luces de las lámparas de aceite. El resplandor se había hecho más intenso y Magdalena le dijo:
“Verónika levántate, ¿No puedes ver cómo es el infierno?
Verónika dijo:
“No veo nada”
Como no podía soportar la intensidad de la Luz, Magdalena se cubrió los ojos con las manos y comenzó a llorar.
Pasado un rato, su amiga Verónika le descubrió el rostro y entonces ya pudo ver sin dificultad.
La vidente vio cómo la Luz se hacía cada vez más intensa y, a los pies de su cama, apareció una Señora que irradiaba luz, con una corona amarilla sobre la cabeza.
Enseguida se apercibió que era La Virgen María y le propuso a su amiga ponerse de rodillas para rezar.
“Mi Alma alaba al Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”
Después de estas palabras se escuchó una voz, una voz poco corriente, diferente a las que estaba acostumbrada a escuchar en el pueblo:
“HIJA MIA, DESDE AHORA ESTÁS CURADA”
A partir de ese momento, la figura resplandeciente desapareció y Magdalena ya no sentía más dolor.
Se levantó de la cama y se dirigió a la panadería a comprar pan.
La gente del pueblo, sorprendida de verla tan bien le preguntaba qué había pasado, a lo que Magdalena respondía que había visto a La Virgen María y que Ella le había sanado.
La noticia corrió como la pólvora por todo el pueblo y empezó a llegar gente de todos los lugares a casa de la familia de los Kade.
A partir de ese momento, y ya totalmente recuperada, Magdalena dedicó su vida a cuidar a enfermos y ancianos y murió el 10 de Diciembre de 1905, a los 70 años de edad.
Su cuerpo fue depositado en una cripta especial del cementerio pero en el año 1994 se trasladaron a la Basílica.
En el lugar de la casa de los Kade, al principio se levantó una capillita que, después de su ampliación quedó incorporada a la actual Basílica Menor de Maria Auxiliadora de los Cristianos.