Año de la primera y ÚNICA Aparición de Nuestra Señora de Pontmain

ENERO 1871

Virgen de Pontmain en su santuario, con vestido de color azul y estampado de estrellas doradas, crucifijo rojo en las manos cruzadas| María Por El Mundo

Lugar: Pontmain (Francia)

Nuestra Señora de la Esperanza es una de las Apariciones de la Virgen María en Francia, que tuvo lugar en enero de 1871 en un lugar llamado Pontmain.

Pontmain es un encantador y pequeño pueblo situado en el departamento de Mayenne, al noroeste de Francia, en la región de Países del Loira, entre Bretaña y Normandía, a poca distancia de Laval.

Comparada con otras apariciones, como la Virgen de Lourdes o Fátima, la Virgen de Pontmain tiene un perfil más discreto en términos de turismo religioso internacional, pero sigue siendo de gran importancia para aquellos que buscan fortalecer su fe y espiritualidad mariana.

Advocación Virgen de la Esperanza

Nuestra Señora de Pontmain  o Nuestra Señora de La Esperanza.

Contexto Histórico Nuestra Señora de La Esperanza

En 1870, Francia estaba sumida en una guerra contra Prusia (actual Alemania), desestabilizando el país. Existía una gran tensión entre el estado y la Iglesia Católica que, junto a la desesperanza, secularizaban la población. Sin embargo, en las zonas rurales, como Pontmain, la fe católica prevalecía.

Hacia mediados de 1871, Prusia controlaba dos tercios de Francia y se encontraba a escasas millas de Pontmain. Todo iba mal, se había desatado una epidemia; había desesperación y desanimo porque no encontraban respuesta a sus oraciones.

El ejército pruso avanzaba hacia París, muchas regiones francesas vivían con miedo e incertidumbre. Era tan complicada la situación que el ejército francés empezó a reclutar jóvenes de la zona sin experiencia militar, entre los cuales se encontraban 38 jóvenes habitantes de Pontmain, quienes antes de unirse al ejército francés, acudieron a misa y comulgaron.

En este contexto de sufrimiento y desesperanza, la aparición de la Virgen María en Pontmain fue vista como un mensaje de consuelo y esperanza.

¿Quienes son los videntes de Nuestra Señora de Pontmain ?

Un total de seis niños en el pueblo de Pontmain fueron los videntes de Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain, de los cuales solo cuatro fueron reconocidos por la Iglesia Católica como sus videntes, debido a que el resto eran muy pequeños.

A lo largo de sus vidas, todos los videntes fueron víctimas de diversos tipos de agravios, muy a pesar de su aprobación eclesiástica.

Antiguo retrato de Eugène Barbette, el primero de los videntes de la Virgen de la Esperanza de Pontmain. | María Por El Mundo

Eugène Barbedette


Nació en Pontmain el 4 de noviembre de 1855 en una familia campesina profundamente católica. Era el mayor de cuatro hermanos y tenía 16 años durante la aparición de la Virgen de la Esperanza en Pontmain.

Eugène trabajaba junto a su padre en el granero cuando vio por primera vez a la Virgen. Su testimonio fue crucial para el reconocimiento eclesiástico de las apariciones. Más tarde a los 25 años se convirtió en sacerdote, dedicando su vida al servicio de la fe. Eugène fue conocido por su humildad y su profundo compromiso espiritual. Murió a los 69 años.

Retrato del niño Josep Barbette, hermano de Eugéne, quien confirmó la visión de la Virgen de la Esperanza de Pontmain. | María Por El Mundo

Joseph Barbedette


Nació en Pontmain el 20 de mayo de 1858, tres años menor que su hermano Eugène. A los 12 años, fue uno de los videntes de la Virgen en Pontmain. Describió con detalle la aparición, confirmando los relatos de su hermano mayor.

Más tarde se unió a la congregación de los Oblatos de María Inmaculada y a los 24 años se ordenó sacerdote. Su vida estuvo marcada por la devoción mariana y el deseo de difundir el mensaje de esperanza de la Virgen. Murió a los 70 años.

Francoise Richer, la tercera niña de los seis videntes de la Virgen de Pontmain venerada en Francia desde 1871. | María Por El Mundo

Françoise Richer


Nació en Pontmain en el año 1861, tenía 11 años en el momento de la aparición. Provenía de una familia sencilla y era conocida por su carácter alegre. Trabajaba como criada en una granja y estaba internada en la escuela de Pontmain, en donde vivió con las monjas Sor Mary-Timothy, Vitaline y Mary-Edward, así como, Augustine Mouton y Jeanne-Marie Lebossé, otros dos jóvenes internos.

Junto a los hermanos Barbedette, confirmó haber visto a la Virgen y la describió con detalles precisos del cómo era, dando aún más veracidad a los hechos. Esta experiencia reforzó su fe y la mantuvo como católica devota toda su vida. Murió a los 54 años de edad.

Jean Marie Lebosse, la cuarta de las niñas videntes de la Virgen de Pontmain quien reconfirmó con su descripción la aparición mariana. | María Por El Mundo

Jean-Marie Lebosse


Nació el 12 de septiembre de 1860 en Gosné (Ille-et-Vilaine), en el pueblo de Louvel. Sus padres la criaron en el catolicismo y fue bautizada al día siguiente de su nacimiento por el párroco de la Iglesia de Gosné, el Padre Beaulieu.

A los dos años quedó huérfana de padre y su madre quedó paralítica, por lo que fue acogida por su tía Perrine Lebossé, quien ejercía el cargo de Directora en la escuela parroquial bajo el nombre religioso de Sor Marie-Timothée de la Cruz.

Tenía 9 años cuando vio a la Virgen de la Esperanza, reforzando la autenticidad de los hechos. Murió a los 72 años.

Los otros niños que vieron a la Virgen de Pontmain, tenían menos de 6 años cuando la vieron, pero la iglesia no quiso tomarlos como testigos del fenómeno por ser tan pequeños.

Historia de la Virgen de Pontmain

La única aparición de la Virgen de Pontmain ocurrió el 17 de enero de 1871.

Era el momento más desolador de la guerra franco-prusiana. Ese día en la mañana, los hermanos Eugène y Joseph Barbadette habían estado rezando en la parroquia del pueblo como cada día. El padre Guerín, párroco del pueblo, había pedido a los niños que oraran a la Virgen de Pontmain pidiendo protección.

En la tarde Eugène, el mayor de los hermanos Barbadette, se encontraba ayudando a su padre en el granero de la familia, cuando salió a ver qué tiempo hacía. Mirando al cielo, sobre el techo de la casa de los Guidecoq, sus vecinos, vio la figura de una Hermosa Señora.

La describió vestida de azul oscuro con estrellas doradas, un velo de color negro y una corona de oro con una cinta roja a la mitad. Tenía los brazos extendidos hacia abajo con gesto de protección, como la Virgen de la Medalla Milagrosa, su rostro reflejaba serenidad y compasión.

Eugène la observó un rato detenidamente. Cuando su hermano Joseph y su padre salieron, les preguntó qué veían. Joseph veía exactamente lo mismo que Eugène, pero su padre no.

¡Oh! ¡La hermosa Señora! Qué hermosa es», dijo Joseph

Cuando salió la madre, tampoco vio nada, pero dijo que podría ser la Virgen María y les propuso rezar en su honor.

La señora Barbadette viendo la emoción de los niños fue a pedirle a las hermanas religiosas si podía venir a su casa para ver a la Hermosa Señora que veían sus hijos.

Sor Vitaline acudió al lugar, pero tampoco podía verla. Entonces, regresó a la escuela y trajo consigo a las niñas Françoise Richer, y Jean-Marie Lebosse.

«¡Oh, La bella dama!”, agregó Jean-Marie.

Las dos niñas vieron a Virgen, la describieron tal cual Eugène y Joseph la habían descrito anteriormente.

Un poco más tarde, Sor Marie Edouard al escuchar lo sucedido, busco al padre Guerín y a Eugenio Friteu, otro niño de 6 años, quien también vio a la Virgen de Pontmain.

En aquel momento, había unas 50 personas reunidas en el lugar quienes, aunque permanecieron escépticos, pidieron al padre Guerín rezar en conjunto. Mientras rezaban el Rosario y el Manificat, la visión de los niños cambió. A los pies de la Virgen apareció en el cielo un mensaje en letras doradas que decía:

«Pero rezad, hijos míos. Dios os responderá pronto.»

Además, Agustin Boitin, otro de los niños de dos años presentes en la escena, intentó alcanzar la Virgen diciendo «¡El Jesús! ¡El Jesús!»

Luego del primer mensaje, Sor Marie Edouard animó a todos a cantar las Letanías de la Santísima Virgen de Pontmain. Los niños videntes anunciaron la aparición del siguiente mensaje:

“MI HIJO SE DEJA CONMOVER”

Una vez comunicado el mensaje, el Padre Guerín pidió a los presentes que cantaran un himno de alabanza.

“Madre de la Esperanza, tan dulce nombre, protege nuestro país, ruega por nosotros”, dijo la hermana Edouard.

Al terminar el himno, el mensaje celestial desapareció. En ese momento, los niños exclamaron:

Miren, está poniéndose triste otra vez”.

Frente a la Virgen apareció un crucifijo de color rojo. Sobre este crucifijo, se podía leer una inscripción en mayúsculas y rojas sobre un fondo blanco que decía: “JESUCRISTO”. La Virgen fijó su mirada en la Cruz, mientras sus labios temblaban visiblemente, reflejando emoción.

Hacia las 20,30h, los fieles comenzaron a entonar el himno “Ave, Maris Stella”. Poco después, el crucifijo desapareció, y la Virgen esbozó una nueva sonrisa. Aparecieron entonces dos pequeñas cruces sobre sus hombros. La Virgen bajó lentamente sus manos, mientras un velo blanco comenzaba a cubrirla, desde los pies hasta la corona.

Finalmente, cerca de las 20:45 de aquella noche, los niños anunciaron con certeza: “Ha terminado” y la Hermosa Señora desapareció.

Mensajes de Nuestra Señora de Pontmain

La aparición de la Virgen de Pontmain dejó un mensaje profundo, lleno de fe, esperanza y consuelo en un momento de gran tribulación para su comunidad. Sus palabras se centran en transmitir confianza en Dios, invitar a la oración y recordar la importancia de la fe como medio de protección.

“Pero recen hijos. Dios pronto os responderá pronto.»

Resalta la importancia de la oración constante y confiada, incluso en las circunstancias más difíciles. Este mensaje recuerda que la fe y la perseverancia en la oración tienen el poder de movilizar la misericordia divina.

La aparición del crucifijo de sangre y la palabra «JESUCRISTO» dirigen la atención hacia el sacrificio de Cristo. La Virgen nos recuerda que el sufrimiento no es en vano y que a través de la cruz se obtiene la salvación.

En resumen, esta aparición mariana en Francia es un llamado de oración con fe y perseverancia, a cultivar la esperanza, unirnos en comunidad y reconocer el sacrificio de su hijo Jesucristo.

¿Conocías esta aparición mariana?

Milagros de Nuestra Señora de La Esperanza

Durante la Manifestación mariana, el general prusiano Von Schmidt, preparado para devastar la localidad de Laval, muy cerca de Pontmain, recibió instrucciones superiores a fin de abortar la misión de ciudad.

El 28 de enero de 1871, 11 días después de la aparición de la Virgen de la Esperanza, se firmó el armisticio entre Francia y Prusia, evitando la invasión de La Bretaña. La intercesión milagrosa de La Madre trajo La Paz. Los 38 civiles de Pontmain que se habían sumado al ejército francés volvieron de la guerra sin un rasguño.

Posición de La Iglesia ante los fenómenos de Pontmain

La Iglesia Católica reconoció oficialmente la aparición durante la celebración de la Purificación, el 2 de febrero de 1872. En esa fecha, el obispo Wicart de la diócesis de Laval emitió una carta pastoral que concedía Aprobación Canónica a la Aparición.

En 1873 se construyó una basílica en su honor, hoy conocida como el Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain.

El Papa Pío XI otorgó la Misa y el Oficio en honor a Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain en el año 1921, como un gesto de reconocimiento y devoción por su aparición en esta pequeña localidad de Francia.

La Virgen fue coronada solemnemente por el arzobispo de París, el Cardenal Verdier, el 24 de Julio de 1934, a partir de este momento es considerada Reina de toda Francia, como símbolo de esperanza y protección divina.

Cómo llegar al Santuario de Nuestra Señora de La Esperanza

Para llegar a Pontmain desde España, puedes viajar vía París o Rennes.

Una vez en París en coche, puedes coger la A11 hasta Le Mans, luego la A81 hasta Laval y finalmente la D31 hasta Pontmain. Son más de 300 kilómetros, aproximadamente casi unas 3 horas 30 minutos.

Desde Rennes en coche coger la A84, luego la D177 y finalmente la D19. Son un poco menos de 70 kilómetros, cerca de una hora de trayecto.