Antes del siglo XVI la iglesia católica tenía un dominio social, cultural y religioso de la sociedad. En este clima, aún favorable para la propagación de la Fe Católica, las Apariciones de la Virgen María se producían de forma recurrente y eran apreciadas por los creyentes.
Después de la reforma protestante, la devoción a la Virgen María se vio atacada y por supuesto también las Apariciones de Nuestra Señora.
El siglo XVII es el menos cristiano de todos los tiempos.
A partir del siglo XVII católicos y protestantes han estado en desacuerdo en muchas cuestiones mariológicas.
Los protestantes:
- Niegan a la Virgen María como madre de Dios
- Dicen que fue madre de Cristo como hombre, pero no como Dios
- Niegan la perpetua virginidad de La Virgen María, porque para ellos María es una mujer corriente
- La tienen como esposa normal de San José y dicen que fue madre de muchos hijos, entre ellos Jesús.
El conflicto entre católicos y protestantes distó mucho de ser pacífico. Durante los siglos XV-XVI se desencadenaron cruentas guerras entre ambos bandos.
Los conflictos bélicos más famosos fueron las “Guerras de Religión” en Francia y la “Guerra de Treinta Años” en el Sacro Imperio Romano Germánico (actual Alemania).
Cuando la reforma protestante se cernió sobre Europa, tampoco este pequeño pueblo de Siluva puedo eludir sus efectos. Los católicos de Siluva se sintieron indefensos ante la represión de su Fe por parte de la nobleza; se iban a confiscar las propiedades de la Iglesia y la Tierra iba a ser entregada a los calvinistas.
En 1532, el gobernador local se convirtió en un calvinista acérrimo, al igual que muchos nobles e intelectuales…ellos, a su vez, impusieron su voluntad al pueblo.
Cuando el párroco de la iglesia de Siluva, Fr. John Holubka se dio cuenta de lo que iba a ocurrir, construyó una caja, envolvió cuidadosamente la pintura de La Virgen María, los vestidos litúrgicos y los documentos que probaban que Vytautas el Grande había donado esa tierra a la Iglesia católica, y los colocó cuidadosamente en la caja. Después, cerró bien la caja y la enterró cerca de una gran roca.
Al cabo de poco tiempo, las autoridades tomaron la iglesia. Daba la sensación de que la Fe Católica se hubiera esfumado de la aldea de Siluva.